04-07-2014
LLAMARLOS CASTA ES POCO
Aunque
los que se ven apuntados por la definición de “casta” tienen el cuajo para
decirse ofendidos, una cosa ha quedado clara, Pablo Iglesias se quedó corto al denominarlos así, bien podía haber
utilizado palabras mucho más gruesas y no hubiera llegado a señalarlos como se
merecen.
Mientras
que, en Inglaterra o en Alemania no hay ningún aforado, en Francia lo es el presidente
de la República y sus ministros y, en Italia y en Portugal, sus presidentes, siempre
en funciones, en España tenemos 10.000, a los que se suman varios miembros de
la familia del rey. Si esto no demuestra que el nuestro es un Estado medieval de
privilegios a favor de la “casta”, no sé qué lo puede demostrar.
Que
a una niña de 8 años, por ser hija de su papá, le paguemos más de 100.000 € al
año; que los expresidentes y una retahíla de ministros que favorecieron a las
eléctricas cuando ostentaban el poder, ahora sean consejeros millonariamente
remunerados de las mismas; que un Gobierno salpicado hasta las cejas por la
trama de Bárcenas y la Gürtel se vaya de rositas; que a la
esposa de Aznar, por ser quién es,
la hagan alcaldesa de Madrid; que le quiten la casa a los humildes para revenderla
los banqueros, y otras muchas fechorías más, no puede ser más que el reflejo
que aquí se gobierna por y para la “casta”.
Como
ejemplo contrario, en Francia han imputado a Sarkozy por corrupción y tráfico de influencias, al que le pueden
caer hasta 10 años. Si aquí pasara eso, que se pudieran juzgar a los (presuntos)
delincuentes con total libertad y verdadera justicia, nos quedaríamos sin
gobierno y, es posible que, también, sin oposición.
J.V.G.
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