12-06-2015
EL HOMBRE DEL SACO
¡Peligro,
que viene la izquierda! ¡Cuidado, sus alianzas son peligrosas! Con estos
argumentos afronta el partido en el gobierno el nuevo tiempo político. “Unos
linces”. ¡Que son extremistas!, advierten, sin darse cuenta que sí, que estamos
hartos de extremismo, pero del suyo, heredero de aquel fanatismo decadente que
todavía salpica. Ahora, el miedo que nos quieren inculcar, da risa. Lo que no hace
gracia es su corrupción, su rodillo y sus tijeras, su cinismo, su prepotencia, sus
mentiras. Nadie discute que tienen muchos fieles votantes; tampoco se pueden
discutir las nuevas preferencias de otra numerosísima porción de ciudadanos (no
el partido de Rivera, demostrando, al trenzar alianzas, ser consecuente con su
ideario: que todo siga igual). Los extremistas de los que habla el PP son:
PODEMOS, Manuela Carmela, Ada Colau y Mónica Oltra –habrá más, a lo mejor también incluyen a Francisco Guarido–. Es que defienden a
la gente y no a los abusones oligopolios y banqueros. Ver en eso extremismo
quiere decir que el que mira está instalado en un extremo muy peligroso. Así la
cosa, a matar al mensajero. El martilleo de la corrupción en las televisiones tiene
la culpa de su descalabro electoral. Lo dice el que ha convertido los canales
públicos en modelos de censura y sectarismo. A mí me gusta ver la mano del
policía en la nuca de Rato.
J.V.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario