16-10-2015
EN NOMBRE DE LA PAZ
Ya
lo dijo un gran estadista hace tiempo, aunque no sé si fue con estas palabras:
la mejor solución para un montón de problemas es hacer una buena guerra. Además,
de la misma, se gana un dinerito.
Siendo
así, sólo falta elegir al enemigo. Si los pretendidos combatientes no están
suficientemente cualificados, pues nada, se envían a unos cuantos de ellos a
los Estados Unidos para que los entrene la CIA y asunto resuelto.
Por
supuesto, después se les arma hasta los dientes, que el negocio de las armas es
un chollo. Que se lo pregunten al ministro Morenés.
Una
vez el enemigo se ha consolidado, se le deja hacer. De esa forma se forja la
disculpa para intervenir. Y ya está armada.
¿Por
qué será que este juego se repite tantas veces?
En
Siria, Rusia, sin decir agua va, apareció en escena, anticipándose con sus
bombardeos a lo que estaba por venir.
Pero,
ahí el dislate, Rusia ve otros enemigos a mayores del Estado Islámico y de los
que veía el patrocinador yanqui. Los llaman “grupos rebeldes”. Pero esos grupos
rebeldes son sirios que luchan contra la tiranía de Bashar al-Asad.
Es
muy posible que este brete tuviera un arreglo político y diplomático, que para
eso están los que a ello se dedican, pero el negocio es el negocio.
J.V.G.
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