15-01-2016
SÍ, JURO
Qué
diferencia a la hora de comprometerse con el Estado y sus gentes. Del “sí, juro”
de los tiempos pretéritos, que aún mantiene el presidente en funciones y otros
de espíritu nada renovador, a la promesa comprometida de algunos de los nuevos.
Todo un detalle. Es que eso del “sí, juro”, parecía el consentimiento ciego a
unas leyes divinas, que, por otra parte, como las divinas, fueron inventadas
por los más jetas (presuntamente).
De
todas formas, parece que algo está cambiando. En el congreso podemos ver
coletas, rastas, un fular con los colores del arco iris colgando del cuello de
un gran científico o un bebé en brazos de su madre, vaya, gentes como las de
las calles, y no únicamente señoritos que han trepado a costa del linaje o bien
sacando lustre a las fondillas de los del “aparato” de su partido. En cuanto a
la política, es hora de buenos políticos. Ahora, a esperar, pero tampoco
podemos, visto lo visto, tener grandes expectativas. Estaremos atentos a lo que
pasa, que todo puede pasar.
J.V.G.
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