03-06-2016
EL PREGONERO DESNORTADO
El
arzobispo de Valencia, cardenal Cañizares,
se ha enfundado su cota de malla para emprender una peculiar cruzada contra el
feminismo y, lo que él denomina, el “imperio gay”. Como remate, ha aconsejado a
sus feligreses desobedecer determinadas leyes –esas que a él no le gustan y
considera promovidas por tal imperio–, pues dice que son incompatibles con las
leyes de la Iglesia y acabarán con la familia. No he visto al ministro del
Interior, Fernández Díaz –un adicto
a eso de rezar en el Valle de los Caídos–, ni al de Justicia, Rafael Catalá, lanzar sus dardos
envenenados contra quien pretende quebrantar la ley, que es lo que han hecho
tantas veces con mucho menos motivo.
Ese
tal Cañizares, es bueno recordarlo,
es el mismo que decía que los refugiados no eran trigo limpio y se habían
convertido en una amenaza para Europa; y un montón de lindezas más –larga es su
trayectoria–. Pero, como representante de dios en Valencia, él, que todo lo
sabe, le sucede lo siguiente: de tan claro que tiene lo suyo, no es capaz de
ver la realidad.
Una
curiosidad, si las leyes son incompatibles con la Iglesia como dice el pregonero,
entonces: ¿quién sobra, la Iglesia, por antisistema?
J.V.G.
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