29-11-2013
EN B. ¡QUÉ TONTERÍA!
Las
intenciones ya las sabemos, y más que nos imaginamos. Lo que es inadmisible es
la falta de imaginación de sus mandantes, o mangantes. Me asombra que los
partidos políticos que se financian irregularmente utilicen sólo un par de
letras, la “a” (la aceptada, la buena, aunque también eso sería cuestionable,
¿por qué tenemos que financiar nosotros, los que no creemos en su honradez, a
ningún partido?) y la “b”, también llamada “sobres negros”. Increíble su
confianza y escasa previsión. Con el alfabeto tan rebosante de caracteres del que
disponen y se quedan sólo con la “a” de: abusón, aberrante, animal, avaricia o
abusador, y la “b” de: burro, borrego, bestia, bribón o bochorno. Con la
facilidad que tienen para limpiar el dinero cuando ya es suyo, utilizando a los
famosos testaferros, podían haber utilizado antes sobres de otros colores, para
despistar. Estos especialistas de la choricería, crean y solapan empresas sobre
empresas para evadir su botín, veamos: La primera, la española, también una
tapadera, es desde donde evaden los dineros sucios de las corruptelas. La treta
es la siguiente: la empresa en cuestión es propiedad de otra en las Bahamas
que, a su vez, pertenece a otra del Vaticano, que es de una de Suiza,
dependiente de la de Mónaco, cuyo dueño está afincado en Gibraltar y bajo
dominio de la de Seychelles, y así sucesivamente en empresas emplazadas en otros
paraísos fiscales. Azaroso rumbo sin rastro que corre el dinero, nuestros
dineros, todo para ocultar a los verdaderos birladores, bueno, a los que no les
toca la lotería como a Fabra. A esos
trampistas, y valga de consejo, cuando la cosa está dentro del partido, podían
utilizar el fabuloso elenco de letras de nuestro abecedario, como con las
empresas. Así tendrían cajas a, j, o, s, c, m, e, n, etc., y sus fechorías
pasarían desapercibidas; por lo menos, de esa forma, nosotros, las gentes
menudas, no nos haríamos tan mala sangre. Ahí lo dejo, por si sirve de algo.
J.V.G.
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