09-05-2014
GATO POR LIEBRE
Esta
semana han salido nuevas encuestas, que voy a ignorar. ¿Para qué las queremos,
si bien sabemos cómo marchan las cosas? ¿Para qué invertir tanto en ellas, si
después nos la van a meter doblada con su interpretación? ¿Para qué nos quieren
engañar, si ya estamos suficientemente engañados o, lo que es peor,
desengañados?
Son
encuestas que, dicen, están cocinadas. Esto es una “pesadilla en la cocina”.
Qué necesidad tenemos que entre en acción Alberto
Chicote, para que ponga orden.
Lo
primero que hay que corregir, ya que nos están envenenando, es la limpieza. La
cocina está llena de mierda, de cucarachas, de sanguijuelas, de mugre del
tiempo pasado y de la grasa de la indecencia; y las bacterias de la rancia
manipulación campan a sus anchas por ella. También, nuestro ficticio Chicote le tendrá que meter mano a los
cocineros, tan aferrados a una metodología de rancho, populista y decadente,
que trabajan con las manos sucias y en la cabeza llevan la cofia de la avaricia.
No olvidemos que el autentico chef, el jefe de la gran cocina, no es otro que don Mariano, amante de los ingredientes
sebosos, caducados y malolientes, tan perniciosos para la salud. Pero es que nuestro
chef viene de la vieja escuela.
Qué
manera de servir después las comandas. Los camareros de la cantina, esos
queridísimos ministros y algunos que otros elementos mediáticos afines, nos
quieren dar las sopas con hondas, y, de segundo, a elegir: gato por liebre,
canguingos, patas de peces o jódete que no eres de los nuestros.
Chicote,
por favor, sé duro si hace falta y pon al día este comedor. Y que tu equipo
redecore los interiores (llámese ley electoral o democracia made in Spain), que
ya apesta.
J.V.G.
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