22-08-2014
LA LEY DEL MIEDO
Es la
vieja treta del dominante, el envión coercitivo de los tiranos, el rugido del
mal. El miedo es el restallido del látigo de la opresión.
Nos
quieren con miedo, nos lo meten en los informativos, con las rimbombantes
palabras de los gobernantes, con las leyes represivas, con las acciones
inmisericordes de los de arriba, con el “ten cuidado que esto puede ir a más”. Es
la ley del miedo.
Desde
muy antaño se ha utilizado para subyugar a las gentes, sólo hay que echarle un
vistazo a la Biblia, que ya tiene días. Pues bien, uno de sus más fervientes
lectores, además de uno de mis ministros favoritos, preboste de Interior y del
Opus Dei, el señor Jorge Fernández Díaz,
vuelve a resucitar el miedo. Ahora le toca a la mujer. Ante las violaciones,
que no cesan y, desafortunadamente, se intentan atemperar desde algunos ámbitos
(eso sí, como al desgaire), este hooligan de lo sacrosanto, recomienda que las
mujeres no bajen las cortinas de sus casas y compren un silbato. Es su remedio
para que no sean violadas. El miedo.
Pero
este santurrón no es el único que juega con el miedo. Desde ahí arriba, esos
que estriban su poder en las malas artes, en el enchufismo y la incompetencia,
tienen su método: degradando, atemorizando, creando trampa y desasosiego por
igual. Pero han olvidado algo importante, la esperanza.
Sí,
la esperanza de las gentes hace asustadizos a los opresores. Intentar cambiar de
un pucherazo la Ley Electoral es el más roído ejemplo. Tienen pánico a perder
sus privilegios, a dejar de ser casta, a que les perdamos el miedo. Poco a
poco, su arma se vuelve contra ellos. El miedo cambia de bando.
J.V.G.
El alcalde de Valladolid, León de la Riva y Fernández Díaz, los dos de moda |
No hay comentarios:
Publicar un comentario