12-09-2014
PERO… ¡QUÉ BUENO ERA!
Se
ha muerto Emilio Botín y, dentro de
unos días, morirá, bueno, mejor sería decir, matarán, a “Elegido”. Sí, el toro
de la Vega de este año se llama Elegido; mal nombre le pusieron al desgraciado
animal.
Pero,
empecemos por Botín, biznieto,
nieto, hijo y padre de banqueros; el astado viene de una ganadería burgalesa. Se
hizo famoso, el buen hombre, al convertirse en el verdadero Jefe del Estado
español, con esa espeluznante fortuna, entre la que, según los expertos, se
encuentran 2.000 millones de € en Suiza. De su mano han comido presidentes,
ministros y otras eminencias, tanto que, ahora, llorándolo, consideran su
muerte como un verdadero mazazo. Recordemos, también, que, su mano ansiosa ha dejado
sin comer a muchos, y otros que se han quedado sin casa. La entidad bancaria
que él dirigía ha sido una de las que menos remilgos ha puesto a la hora de ejecutar
los desahucios, destrozando la vida de multitud de familias. Descanse en paz.
El
caso de Elegido es bien diferente. Este pobre animal no necesita sufrir un
infarto para saber que tiene corazón. Él morirá lanceado, en el pueblo de
Tordesillas, por una manada de abusones sedientos de sangre fresca (pero no
vayas a decirles nada allí, que te linchan también, de eso, seguro). La fiesta
sanguinaria, con la excusa de que se trata de una antigua tradición, tiene el
beneplácito de los grandes poderes para poderse llevar a cabo y, eso, a pesar
de la riestra de denuncias desde los más variados ámbitos, que la consideran
inhumana, denigrante y retrógrada.
Menos
mal que ahora que suben de manera alarmante las emisiones de CO2, hacen
Comisario de clima y energía para Europa al lobbista del petróleo Cañete. ¡Menudo consuelo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario