22-05-2015
JORNADA DE REFLEXIÓN
Vaya
dos semanitas que llevamos. Deberíamos cambiar el nombre de las campañas
electorales y llamarlas “jornadas de irreflexión” (hay excepciones, Pablo Iglesias, con Marijose Tobal y miles de personas lo
demostraron el miércoles en Zamora). Irreflexión es lo que vemos estos días de
la fiesta de la democracia, que parecen resacas de botellón. ¡Qué cosas dicen
nuestros políticos! Rajoy pregunta:
¿Quién piensa hoy en el paro? Bueno, no solo los políticos andan desbarrados,
algunos medios van a la zaga. Uno, de cuyo nombre no quiero acordarme,
aseguraba que los presos de ETA apuestan por Podemos. ¿Quién se va a creer ese
disparate existiendo Bildu? ¿En qué cabeza cabe? Pero la sarta de tonterías ha
sido apoteósica; las promesas absurdas, infinitas: que van a trabajar por y
para la gente, playa con chiringuito en Jerez de la Frontera, batalla naval en
el lago del Retiro, crear el Silicon Valey europeo en España, construir una
piscina en el Pisuerga (aprovechando que pasa por Valladolid), ayudar
económicamente a los empresarios de los gimnasios (Monago está que se sale), permitir a los taxistas hacer un giro de
180º y poner Wi-Fi libre en Madrid (Aguirre
a lo suyo), etc. Y se atreven a decir que la gente atenta contra la jornada de
reflexión si se reúne en las plazas el día anterior a las votaciones. ¡Vaya
morro!
J.V.G.
La gente deseosa de cambio |
Esta señora sí me representa, la de la izquierda (que, en este caso, no es la siniestra) |
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