09-09-2016
SORIA, CALCUTA Y PINILLA
O, lo que es
lo mismo, José Manuel, Teresa y Carlos, los tres mosqueteros del verano. Que me
perdone Alejandro Dumas por la maldita comparación.
Los tres
mosqueteros –dos de ellos, ministros, la otra, santa–, tienen en común una
cosa, sus buenas estrellas se sustentaron en grandes mentiras. Las de José
Manuel se están viniendo abajo, el pobre terminará de consejero en un banco o
en una eléctrica. Las relacionadas con Teresa son otro cantar. Con la Iglesia hemos topado. La, ahora, santa,
era una allegada a los dictadores que la subvencionaban, y su único propósito
era evangelizar a los peor parados –el que quiera, que se informe–, y su
desprecio por los enfermos fue manifiesto –para ella, con que aceptaran su
muerte en el dios católico era suficiente–. Eso sí, si no se habían bautizado,
que se murieran en la puta calle de Calcuta y comieran hostias –sin consagrar–.
El otro, el Carlos, el fascista, que siga teniendo una calle con su nombre y
algunos se ofendan por querer cambiar eso, significa que las mentiras de su
heroicidad calaron hondo, aún hoy. Y, eso también, tiene su miga.
¡Ay,
D’Artagnan, con quién te juntas!
J.V.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario