23-08-2013
FAUNA IBÉRICA
Los
homínidos no hemos sido creados por dios, somos producto de una azarosa
evolución. Siendo así, no somos sus hijos, o al menos, no más que las
cucarachas, las ratas, los camaleones o los poyos. Y, si, como dicen los
apostólicos y romanos, Él nos hizo a su imagen y semejanza, pues eso... Tampoco
venimos del mono, nosotros evolucionamos con ellos, somos, se podría decir,
otros monos. Nos vestimos, conducimos automóviles, navegamos por internet y
tal, pero seguimos siendo los parientes más cercanos al chimpancé, bueno, al
bonobo, que tiene sus peculiaridades.
Yo
odio a las ratas y a las cucarachas, a pesar de la comparanza con algunos de
mis congéneres. En cuanto al mono, el parecido es evidente.
También
hay humanos similares a los camaleones. Cambian de color dependiendo de las
siglas que los cobijan. Hemos visto esta semana a no pocos jóvenes de un
partido democrático, fotografiados, mano al frente, delante de banderolas fascistas
y nazis. –Chiquilladas–, nos dicen sus adultos.
En
cuanto al pollo, el parecido que encuentro es singular. ¿Alguien ha visto lo
que sucede si se le corta la cabeza? Pues, hasta que cae, corre dando bandazos
sin orden ni concierto.
¿Qué
os recuerda esto? A mí me vienen a las mientes los movimientos del gobierno (y
de su partido) en lo referente al caso que los salpica. Y a la acción, también
descabezada, del resto de lo qué, debería ser, su labor gubernativa. Antes de
recapacitar sobre más fauna (víboras venenosas, arañas trepas, ovejas o
borregos en rebaño, zorros cuidando gallineros, avestruces que esconden la
cabeza o dinosaurios que parecían extintos), preguntaré: ¿Se podrá hacer un
buen guiso con tanto chorizo y ese pollo enloquecido y descabezado o, solamente
servirá para caldo? Si es así, lo de las dos tazas es una minucia.
J.V.G.
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