03-10-2014
VENCERÉIS, PERO NO CONVENCÉIS
Esta
semana, se ha conmemorado el nacimiento, hace 150 años, de don Miguel de Unamuno. Sonada fue su
intervención en el paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de
1936. Ese día, con Carmen Polo y Millán-Astray presidiendo el cotarro, los
fascistas celebraron, por vez primera, el llamado: “Día de la Raza”. Tras una
encendida soflama de un tal Maldonado,
atacando con saña a catalanes y vascos, a los que consideró “cánceres del
cuerpo de la patria”, Unamuno, bilbaíno,
que se había prometido no intervenir, no se pudo contener. Bajo arengas
fascistas y amenazas, el Maestro soltó su improvisado discurso: “(…) vencer no es convencer, y hay que convencer,
sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión.
Dejaré de lado la ofensa personal que supone su repentina explosión contra
vascos y catalanes llamándolos anti-España; pues bien, con la misma razón pueden
ellos decir lo mismo…”
Entre ¡Vivas! a España de Millán-Astray y gritos de: ¡Mueran los intelectuales! y ¡viva la
muerte! de sus legionarios, Unamuno,
tan dado a las paradojas, equiparó el grito de los milicianos de ¡viva la
muerte!, con el de “muera la vida”, y reprochó la baja calidad de sesera de los
gritones, llamando al general de la legión, de paso, “invalido”, un invalido
deseoso de contemplar una España también invalida.
Está claro, Unamuno
salió del paraninfo a empujones. Fue apartado de la Universidad y arrestado en
su domicilio. Murió dos meses después. Ese día dejó estas palabras: “Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza
bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y se
necesita algo que os falta, razón y derecho en la lucha”.
Persuadir es hacer política, y debatir. Y
democracia, libertad para opinar.
J.V.G.
Unamuno, entre legionarios energúmenos, saliendo del paraninfo |
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