15-3-2013
HABEMUS PAPAM
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio,
jesuita, ha sido elegido por la curia vaticana, en colaboración con el Espíritu
Santo, como nuevo pastor de la Iglesia Católica, sustituyendo al fatigado Papa
emérito Joseph Ratzinger. Con el nombre de Francisco I, a sus 76 años,
comenzará, con la ilusión de un niño, a gobernar los designios de la
espiritualidad cristiana y las riquezas de ese estado que dice seguir las
andanzas de aquel que, para asombro de incrédulos y creyentes, predicaba la
pobreza. Pero, en una cosa se parecen los dos santos papas actuales, el emérito
Ratzinger y el recientemente elegido Bergoglio, mientras el primero colaboró
con los nazis, el segundo lo hizo con la dictadura argentina, por lo que tuvo
que declarar en los juzgados por el caso de los niños robados. Dios los cría… Hasta
es posible que durante su mandato beatifique a sor María. La opinión pública de
su país lo acusa, además, de ser cómplice silencioso de la desaparición de
30.000 personas y delator de dos compañeros jesuitas opositores al régimen que
él apoyaba.
Cuenta la leyenda que, en 2005, en el conclave donde
fue elegido el entonces eufórico, y ahora cansado, patriarca alemán, este tal
Bergoglio pidió a sus valedores cardenalicios, entre lágrimas, que se
abstuvieran de elegirlo. Pero 8 años después, por fin, con la espontaneidad de
hombre de su tierra y sencillo pectoral, salió al balcón de la Plaza de San
Pedro a soltar el obligado “urbi et orbi”. Su candor trataba de anunciar un
acercamiento a los fieles y una futura modernización de la Iglesia. Pero el
nuevo Santo Padre de Roma sigue siendo otro férreo luchador contra las uniones
de personas del mismo sexo, contra la opción del aborto y, por lo que su cargo representa,
contra la igualdad entre hombres y mujeres.
¿No queríais sopa?, pues ahí tenéis dos tazas.
J.V.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario