14-06-2013
LA MANO QUE MECE EL PUPITRE
Podía
ser el título de una película de terror, pero, es mucho peor, ya que hace
referencia a la mano del ministro Juan
Ignacio Wert. Bien lo sabían los mejores estudiantes de este país que,
cuando recogieron los Premios Nacionales Fin de Carrera, en presencia del
susodicho, se negaron a estrecharle la mano, mostrando un manifiesto desacuerdo
con su política ideológica y ultrajante en cuanto a lo público.
Aun
así, los afamados tertulianos de la derecha extrema se alarmaron por el
desplante a su ex colega, pues Wert,
antes qué ministro, como contertulio, había despotricado lo suyo en un programa
radiofónico. Esos charlatanes, entre ellos el ecuánime, dicho con sorna, Hermann Tertsch, calificaron el
reivindicativo acto de los estudiantes como violento y amenazador, además de
proferir barbaridades más soeces, considerando que la integridad física del
ministro había corrido grave peligro.
Da
la impresión que esos tipos tienen a Wert
como adalid del “Frente de la Burda Cháchara”. Es posible que estos “imparciales
sabelotodo”, que, aunque callados, sabríamos su punto de vista, aspiren a una
cartera como la que le cayó a su adelantado Wert. Y a este Tertsch,
por no oírlo ni leerlo, yo le daría, no un ministerio, sino unos cuantos, total,
no creo que fuera capaz de hacerlo peor que los que tenemos, aunque se esmerara,
que lo haría. Sus tendencias son similares y sus intenciones nada tienen que
envidiarles. En definitiva, que lo hagan ministro, y a otros tertulianos que
añoran el antiguo régimen, a Jiménez Losantos,
a Carlos Cuesta, a César Vidal, Sostres, Maluenda y
demás alhajas, y si con esa tropa no llega, se recurre a Chiquito de la Calzada, a Arevalo
y a Rouco Varela, que también tienen su gracia. ¡Viva el
despipote!
J.V.G.
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