8-2-2013
AGUZAR EL INGENIO
Dicen
esos ricos que ya no ganan tantos millones, que es hora de aguzar el ingenio.
Ellos que pueden, que quien no tiene ni trabajo ni posibles… ya puede aguzar el
ingenio, ya.
El
otro día me enteré de una nueva modalidad de aguzo de ingenio, protagonizado
por los vecinos del barrio de Bonanza, en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, que
podía haber inspirado al propio Quevedo. Llegaba a sus costas un cargamento de
hachís que unos traficantes habían transportado en una patera, cuando se vieron
sorprendidos por un helicóptero de la Guardia Civil. Los traficantes, para
salvar el pellejo, huyeron como perseguidos por mil diablos, abandonando la
mercancía. Pero cuando el helicóptero se iba a hacer dueño de la situación,
asentando en tierra su imponente estampa voladora, los vecinos comenzaron a
atacar al pájaro de hierro, lanzando una andanada de piedras, palos e
improperios. Y los de Bonanza tenían buena puntería. Tanto es así, que
golpearon repetidamente el aparato. El piloto, acertando en su decisión, tomó
otro rumbo, que aprovechó el vecindario para hacerse con el alijo.
Y es
que el pueblo -o ciudadanía, como dicen ahora-, está aprendiendo a aguzar el
ingenio, iluminados por nuestros muy honorables políticos. Desconozco como se
repartieron el botín los de Bonanza, pero si siguieron el ejemplo de nuestros
honorables, sería: “el que más pueda que más coja”. Y ahora, el dilema: ¿Cómo
juzgarías tú, querido lector, a esos nuevos y eventuales narcos, que hasta hace
nada eran pescadores, albañiles, profesores, médicos o asistentes sociales?
Porque a mí, en este tiempo de estafas, si la picaresca echa una mano a los
humildes, no me da pavor, lo que me indigna es que los grandes corruptos se
vayan de rositas sin devolver lo que apañaron ilícitamente.
J.V.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario