15-2-2013
DUDA EXISTENCIAL versus CERTEZA RELIGIOSA
Dimite el santo padre de Roma. El 28 de febrero, Joseph
Ratzinger volverá a ser Joseph Ratzinger. Según informan, se encuentra viejo y
sin fuerzas para seguir administrando tan sagrada labor. Pero, ¿no era ya viejo
cuando aceptó hacerse cargo de la jefatura de tan singular estado?
De una cosa podemos estar seguros, la próxima
persona en ocupar ese puesto no será una mujer ni tampoco un joven emprendedor.
Distinguirán para tal empresa a un hombre, que seguramente estaría jubilado en otra
profesión –con excepción de la política–, o a punto de jubilarse. Y, además,
será elegido únicamente por una elite minoritaria, esos señores de púrpura que
rigen los designios del cristianismo. En definitiva, y dicho esto con manifiesto
retintín, seguirán haciendo gala de la famosa democracia que han venido
desplegado desde tiempos inmemoriales.
Responsables por cargar con su dogma, atiborrado de preceptos
caducos, no pueden actuar de otra manera. El concepto bíblico de Eva ha
degradado a la mujer, y, algunas formas de interpretar su creencia hicieron
aparecer, a lo largo de la historia, monstruosidades tan desenfrenadas como la
Santa Inquisición, de la que Joseph Ratzinger, antes de ser Papa, era su máximo
responsable. Este tema me induce a plantear un interrogante: ¿Creó Dios al
hombre o el hombre creó a Dios? A mí, que siempre me he sentido más
identificado con las buenas preguntas que con las grandes respuestas, me hace feliz
que nos podamos hacer esta reflexión, que hasta hace poco sólo –y digo sólo–,
era una certeza. Yo me inclino por la segunda opción. Si fue la primera y en
verdad Dios nos creo a nosotros, solo se me ocurre decir, visto como está el
patio, que: “el buen hombre se lució”.
J.V.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario