30-09-2016
SIN MÁSCARA
El
28 de septiembre de 1978, el Vaticano comunicó el fallecimiento, por causas
naturales, a los 33 días de su pontificado, de Albino Luciani, o, como lo
llaman otros, Juan Pablo I. Los que han investigado el caso, opinan que fue
asesinado, pero ésta no es ahora la cuestión.
Ese
día, los humildes perdieron la última oportunidad de tener un sitio digno en el
mundo, de reducir las desigualdades con los señorones. Después vinieron Karol
Wojtyla, Margaret Thatcher y Ronald Reagan, poco más que decir.
Lamentablemente, no ha existido otro líder mundial que no represente a las
oligarquías (y lo lamento también al pensar que el último líder a favor de los
humildes perteneciera a la Iglesia, que soy ateo, coño). Desde ese día, el
mundo es suyo, de los oligarcas. Y Felipe González también lo es, lo compraron
por entonces, antes de ser presidente, cuando dejó de ser Isidoro; y lo
demostró con creces abriendo el camino a las privatizaciones neoliberales. Estaba
bien pagado. Luego, la OTAN, los GAL, Roldán, etc.
Por
entonces, en ese tiempo cercano a la muerte de Albino Luciani, comenzó a girar
la puerta a sus pies. Lo de esta semana es otra demostración. 2016 es el año en
que las máscaras se están cayendo. Mal asunto, ya no les hacen falta.
J.V.G.
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