jueves, 15 de agosto de 2013

AJOS COMEN, MIEDO A LA CIENCIA, columna publicada en El Día de Zamora
16-08-2013


MIEDO A LA CIENCIA
Para fomentar la prosperidad de un país nada hay más importante que el desarrollo de la ciencia; no en vano, todos nos servimos de ella y a ella recurrimos cuando la necesidad apremia.
Parece mentira que se puedan recortar los dineros al CSIC, consejo que dirige las investigaciones científicas más importantes de este país, mientras se mantiene la desorbitada financiación, entre otras asociaciones, a la Iglesia.
Ahora explico lo de antes. Todos nos servimos de la ciencia, o, ante una enfermedad grave, ¿quién recurre a un tratamiento sólo de rezo y quién a los facultativos? Pues con lo que el Estado y la Junta gastan en capellanes y capillas, además de esa financiación multimillonaria que atenta contra los principios de un estado laico, podríamos tener una investigación puntera, más médicos y habitaciones en los hospitales, y reducir, entre otras cosas, las desesperantes listas de espera. Si la medicina está donde está, hemos de agradecérselo a la ciencia.
Que la ciencia quede mutilada va a convertirse en un lastre social de consecuencias imprevisibles. Los descubrimientos seguirán existiendo, aunque más allá de nuestras fronteras y, en algunos casos, por investigadores paisanos en el exilio. Y esos nuevos logros serán elitistas, sólo a disposición de los más acaudalados. La sociabilización de los nuevos avances científicos ha sido descuartizada de raíz, y eso es muy grave.
¿Tendrá algo que ver el miedo a la ciencia como en tiempos de G. Galilei o de C. Darwin? Tampoco es inverosímil, conociendo a las eminencias que ocupan las carteras de nuestro gobierno medieval y los privilegios que les conceden al dogma. Saben que la ciencia ha revitalizado nuestro entendimiento, luchando para que la ignorancia no sea lo mismo que la felicidad. Por eso le tienen miedo, ya que un pueblo ignorante es fácil de manejar.

J.V.G.





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